Ella era mi vida. Mi vida en tacones, mi vida en deportivas. Mi vida en verso, mi vida en canción, en película.
Un día, alguien me preguntó, -"¿Qué tal te va la vida?", y yo, me paré a reír y contesté: -"¿Mi vida?", tan preciosa como siempre.
Pensaría que estoy loco, supongo. Pero yo fui feliz. Me di cuenta de que mi vida viene los Domingos por la noche a mi cama, y me busca en cada amanecer. Me llama cuando quiere tener espacio, me llama cuando quiere que le de calor. Mi vida es hermosa. No llega al uno sesenta, y sus labios tienen el sabor a fresa que no se puede comparar ni con el chocolate. Dice que quiere llevar una vida sana. Que a partir de mañana no mezclará alcohol y solo fumará marihuana. Lleva diciendo eso desde que comía a besos a otro.
Ahora ocupo el lugar del otro; pero sin vida sana.
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